Mañana se cumplirán 64 años de uno de los grandes acontecimientos que vivimos los sanrafaelinos: la inauguración de la Terminal de Ómnibus ocupando parte de las calles Avellaneda, Coronel Suárez y Godoy Cruz donde, a modo de ingreso, se ubicó un arco que con los años se convirtió en emblema. “Llegó una romería de gente”. “San Rafael vivió un gran acontecimiento”, titulaban los diarios de la época”.
Por espacio de 58 años la hoy Vieja Terminal de Ómnibus fue anfitriona de turistas, comerciantes y hasta ejecutivos pero, como todo, el progreso demandó algo más amplio, funcional y, fundamentalmente, alejado del microcentro.
Así, en los ochenta, nació el proyecto de una instalación en la zona Norte y en lugar a determinar. Con la certeza de que más tarde o más temprano se concretaría, distintos sectores comenzaron a pensar en qué se convertiría el espacio que dejaría la Vieja Terminal.
A principios de la década siguiente, el desaparecido Arquitecto Roberto Balbi difundía, en representación del Colegio de Arquitectos de San Rafael, una iniciativa donde, una vez en desuso, la estación pasaría a ser un multiespacio cultural y punto de partida, por una Avellaneda peatonal, hacia lo que es hoy el Paseo Pellegrini.
A partir de allí, Plaza San Martín, Catedral San Rafael Arcángel y la Estación de Trenes (por entonces no estaba el Monumento a la Bandera ni las ampliadas instalaciones de la Universidad Nacional de Cuyo que hoy integran el circuito).
En 2011, cuando se inauguró la nueva Terminal de Ómnibus en General Paz altura Paunero, trascendió que la Municipalidad quería, en asociación con capitales privados, construir dos pisos para estacionamiento, cocheras y locales comerciales, en planta baja y subsuelo. Otras versiones aseguraron que se levantaría una torre de departamentos. Enterados, artistas, ex concejales (m/c) y vecinos en general pusieron freno a la incipiente demolición abriendo el juego a las distintas opiniones de la comunidad. Así, se sumó otra iniciativa que impulsa la construcción de una mini terminal para colectivos de corta distancia. Otros se preguntan ¿Por qué no un espacio verde? Nunca sobran.
En ésta media docena de años la comuna trasladó las oficinas de Defensa Civil y, posteriormente, posibilitó a Feyes que explote el estacionamiento mientras, ante la falta de mantenimiento, el deterioro es ostensible.
Son válidas las distintas opiniones (pasadas y actuales). Lo que no se entiende es la demora del Municipio por definir qué hacer con un lugar que, en el estado actual, agrede la estética del microcentro sanrafaelino atentando contra el perfil turístico.
Los que administran (funcionarios) tienen la obligación de consensuar con los verdaderos dueños: los vecinos.
Que sea pronto. El adefesio contrasta con todo; fundamentalmente con las aggiornadas cuatro avenidas.
Etiquetas: Columna de Opinión