La fiscalía a cargo de José Mana agravó la acusación de los policías Javier Alarcón y Lucas Gómez, imputándolos también por tentativa de homicidio de otro de los jóvenes que sobrevivieron a los disparos. Ya estaban acusados por homicidio calificado agravado por la muerte de Blas Correas.
El dato que produjo esta nueva situación procesal es la huella que se encontró en el buzo de uno de los amigos de Blas que iba a su izquierda en el asiento trasero del vehículo. También el orificio que quedó sellado en el posacabezas del conductor.
Una perforación en la capucha evidencia que Cristóbal se salvó de milagro, afirmó su abogado Julio Herrera Martínez en diálogo con Radio Nacional Córdoba.
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