Investigadores del Conicet y de la Universidad Nacional de Rosario demostraron en estudios de laboratorio que la bacteria probiótica Bacillus subtilis, consumida desde hace miles de años por ciertos pueblos asiáticos, retardaría el envejecimiento y prolongaría la vida.
Las esporas de esta bacteria pueden agregarse a diferentes alimentos como barritas de cereales, o yerba mate sin que pierda sus propìedades, ni requiera cadena de frío.
El trabajo fue publicado en la revista científica Nature Communications.
En diálogo con Diana Costanzo, Roberto Grau, investigador independiente del Conicet en la Universidad Nacional de Rosario y director del estudio, explicó las propiedades de este probiótico.
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