por Santiago Lucía

Bastian Schweinsteiger dijo basta. Cerró su carrera uno de los jugadores más representativos de los últimos 20 años del fútbol alemán. Lo hizo donde vivió sus días más felices, en el estadio Alianz Arena con la camiseta del Bayer Munich.

Basti fue una una síntesis del fútbol total. Esa idea que en lo colectivo se refiere a la polifuncionalidad de los jugadores y en lo individual al jugador de múltiples roles.

Schweinsteiger fue todo-campista. Desde la mitad de la cancha condujo, distribuyó juego, marcó, hizo relevos, impuso el ritmo de sus equipos, les imprimió su carácter. Fue sutil para hacer jugar y áspero para no dejar jugar. También fue líder, por su personalidad y su capacidad técnica.

Ganó todo lo que puede soñar un futbolista europeo:8  ligas locales en Alemania, Champions 2013 y Mundial Brasil 2014.

En el Allianz Arena, se enfrentaron su equipo actual, el Chicago Fire de la MLS de Estados Unidos contra el Bayern. Ganaron los alemanes 4 a 0 y Bastian, que jugó un tiempo para cada equipo, metió el último para coronar su retiro. La ovación y el reconocimiento fueron acorde a la entrega que tuvo con la camiseta con la que jugó 500 partidos y ganó 22 títulos.

Se retiró Bastian Schweinsteiger, hoy ya es leyenda.