CHARLAS DE LIVING NEUQUÉN

Rubén Cabrera: “Albricias es mi revolución”

El cierre de la semana de Tampoco es para tanto es con las entrevistas íntimas Charlas de Living. En esta edición se sumaron Maria Laura Barbosa y Rubén Cabrera, fundador del grupo de baile Albricias, grupo señero de las danzas folclóricas de San Martín de los Andes. “Albricia es respeto, es compromiso. Yo digo también que es mi revolución, la posibilidad de cambiar a las personas. No es la danza en sí, es una excusa para ser mejores personas”, destacó.

Tanto María Laura como Rubén bailan todos los días. “Yo estoy feliz cuando bailo, lo hago desde los 8 años. Cuando iba a la escuela primaria empecé un taller que era dos veces por semana en la escuela N°5 que lo dictaba Raquel y Chango Soria. Después en la escuela secundaria para zafar de las horas de clase organicé un espacio y les enseñaba a bailar a los compañeros”.

“Bailar es un 30% talento y 70% de constancia. Yo he dado clases de baile toda mi vida pero sacarle movimientos a los que ya de entrada dicen que no pueden moverse siempre fue mi gran desafío, me encanta. ¿Por qué quién te dijo o cuándo te dijeron a vos que no podías bailar?”.

María Laura Barbosa explicó que “lo que sucede en las peñas con el folclore es muy hermoso porque baila todo el mundo. Nosotros ahora estamos aprendiendo a bailar tango con Marcos y Analía y es un esfuerzo porque no es fácil aprender algo nuevo”. Cabrera reflexionó “en mí caso lo que me pasa es que yo nací en el Monte Chaqueño y me cuesta sentir la nostalgia que plantea el tango pero tengo otras herramientas para decir con el cuerpo que creo deben tener que ver con la genética. Yo me pregunto cómo digo con el cuerpo o cómo hago para contar una historia y para eso hay que primero elaborarlo adentro”.

Rubén explicó los comienzos de la compañía “Albricias y Radio Nacional tienen los mismos años, desde 1978, porque veníamos como pueblo con posibilidades de guerra y en ese momento un intendente me sugirió que hiciera lago y de eso fue que hicimos una puesta y la primera se llamó Albricias y ahí quedó el nombre”.

“La zamba la escuchás y la empezás a sentir con todo el cuerpo y después se genera un encuentro con tu compañero y después con el resto de los que te acompañan”, describió Barbosa y Cabrera, explicó: “nosotros trabajamos mucho sobre la comunicación entre los miembros del grupo y cuando vamos a los lugares, observó mucho. Es a partir de la conexión es que armo la coreografía. Si vos nos ves a nosotros lo que vas a ver es que nos divertimos muchísimo arriba del escenario, la sonrisa no es fingida, la estamos pasando bien. Antes de subir al escenario tenemos que entrar en calor, abrazarnos y conectar, eso es importante para que lo que suceda arriba del escenario sea hermoso”.