La denuncia de intimidación a la periodista Elena Corvalán provocó una reacción de solidaridad de medios y periodistas de todo el país. También hubo expresiones de solidaridad en la sesión de Diputados de ayer, donde los diputados Lucas Godoy (PJ), Ramón Villa (FPV) y Claudio del Plá (PO) se expresaron en solidaridad con la trabajadora de prensa. También se comunicó el ministro de Gobierno de Salta, Juan Pablo Rodríguez, quien se interesó por la situación y se puso a disposición.

Radio Nacional Salta agradece las muestras de solidaridad, entendiendo que la difusión de este hecho ayuda a dar un marco de protección a la trabajadora de prensa, quien recibió mensajes vía correo electrónico y llamadas en las que una persona que se describió como “la mano derecha de Delfín Castedo” la instó a contar “la verdad” sobre el crimen de la campesina Liliana Ledesma, cometido en septiembre de 2006 luego de que denunciara el cierre de caminos vecinales con el fin de liberar zonas de frontera para actividades vinculadas al narcotráfico.

La persona, que se identificó como Viviana, propuso un encuentro en un lugar “neutral” haciendo referencia a que, al igual que la periodista, es una mujer que anda sola, y aclaró que el teléfono desde el que llamaba había sido adquirido al solo fin de comunicarse con Corvalán, quien también se desempeña en Nuevo Diario.

Delfìn Castedo estuvo prófugo de la justicia por cerca de diez años y fue detenido en julio pasado. Está siendo investigado como presunto jefe de una asociación ilícita dedicada al narcotráfico y está imputado además como autor intelectual del asesinato de Ledesma, hecho por el que en 2010 fueron condenados cuatro hombres como autores materiales.

La causa por la denuncia fue caratulada “Autores a establecer sobre amenazas”, expediente 18559/16, quedó radicada en el Juzgado Federal Nº 2, a cargo del juez Miguel Medina. La Justicia dispuso una custodia permanente para la periodista. En 2006 trabajadores de Radio FM Noticias y Nuevo Diario que investigaban el crimen de Ledesma recibieron amenazas de muerte.