Un conjunto de organizaciones sociales impulsa una propuesta para que los ingenios azucareros donen alcohol, para que luego sea repartido casa por casa en los barrios más humildes. “Está azotando a los barrios populares y a los pueblos del interior. El hambre crece, los comedores, los merenderos están explotando de gente y, aparte de prepararnos para una pandemia, tenemos que preparar bien al pueblo; un pueblo desnutrido frente a una pandemia puede ser un desastre, no solo para la gente de los barrios populares, sino para el resto de la población cuando colapsa el sistema de salud. Entendemos que hay que ajustar a los que más tienen. Somos la provincia que más alcohol produce y los ingenios azucareros están haciendo un negocio tremendo, están vendiendo a $120 el medio litro de alcohol en los supermercados. Hay gente que no tiene para comer y tiene que desinfectarse. Creemos que ese alcohol tiene que salir de los ingenios y nosotros tenemos todos los movimientos populares a disposición para fraccionarlo y repartirlo casa por casa, lo mismo con la lavandina. En el Congreso de la Nación se está analizando un impuesto de emergencia a las grandes fortunas. De ahí tienen que salir los fondos para hacer frente a la pandemia”, dijo Sebastián Solis, dirigente de la Corriente Clasista y Combativa.