"DIARIO DE UNA PANDEMIA" JUEGO DE DAMAS

Personal de salud: del aplauso y el reconocimiento al "silencio atroz"

José María Malvido es infectólogo, jefe de Uniddad de Infectología del Hospital Alberto Balestrini y jefe de Servicio de Infectología y Control de Infecciones de la Clínica Modelo de Morón. Durante la pandemia, volvió a vivir a la casa en la que pasó su infancia y allí fue donde se enteró del aplauso que, meses atrás a las 9 de la noche, congregaba a miles de ciudadanos para homenajear al personal de la salud, que se encuentra en la primera línea de batalla contra el coronavirus.

Sin embargo, de la alegría de los aplausos, los regalos y los redoblantes, que llegaron a generarle vergüenza, hoy José María lamenta el "silencio atroz" que se vive todos los días a las 21.

"Cuando empezó la pandemia, tenía gente con redoblantes en la puerta de mi casa, me traían cosas para comer, los nenes me dejaban dibujitos. Y ayer, el silencio atroz, me dio la sensación de que al principio de la pandemia, además de ser un reconocimiento, era un momento que yo llamaba la comunión de las 9 de la noche, un momento en donde todo el mundo recordaba que estábamos en un momento donde lo hacíamos entre todos. Y yo lamento más que nada eso, esta cuestión de no entender que el aplauso es ahora", relata.

A través de Instagram, y mediante diferentes podcasts, José María cuenta cómo viven el día a día los médicos en el Hospital Balestrini, y asegura que, si bien el personal sanitario tiene un "motor inexplicable" para seguir adelante, están "cansados y aturdidos".

"El colapso del sistema de salud no es solamente las camas y la ocupación, es mantenernos nosotros firmes y con fuerza para poder mantener, con la cabeza lúcida, el día de trabajo", explica.

En tanto, el infectólogo también opina sobre las marchas en contra de la cuarentena y otras políticas oficiales y señala que esas convocatorias "lamentablemente hacen sentir que ese concepto de que 'es entre todos' es algo poético".

"Hoy por hoy nadie puede decir que no tiene a alguien conocido con contagio y cabe preguntarle a aquel que no lo entiende si se da cuenta de que esos pulmones destrozados y con necesidad de respiradores pueden ser familiar de cada uno", afirma.

"Lo épico es que lo hagamos entre todos, acá no hay héroes", concluye.