En 1959, Pedro Manfredini dejaba las filas de Racing Club para emigrar a Italia. El delantero se llevaba sus goles a la Roma, club que se había quedado con su pase. La Academia necesitaba reforzar su ataque, y la gran apuesta era Pedro Mansilla, un joven delantero surgido de Flandria y con buen paso por Boca.
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Su origen fue en el ascenso del fútbol local, en Flandria. Su habilidad goleadora hizo que varios clubes pusieran sus ojos en él. Lo querían River, Racing -donde años más tarde se convertiría en ídolo-, pero finalmente se fue al club de La Ribera. El ex futbolista y entrenador, Mario Fortunato, se lo llevó al Xeneize.
Allí formó parte de una tercera división que dio espectáculo, y rápidamente se hizo un lugar en la Primera. Con 17 años, afirma, debe ser uno de los jugadores más jóvenes en debutar en la Primera del club.
Pasó a Racing en 1960. Llegaba con la ardua tarea de reemplazar a Manfredini, pero eso no le pesó. "El ropero" -por su gran contextura física- se adaptó rápidamente y fue campeón con La Academia. Allí formó una temible delantera junto a Orestes Corbatta, Juan José Pizzuti, Rubén Sosa y Raúl Belén.
En diálogo con Radio Nacional, el ex delantero repasa su trayectoria y cuenta algunas anécdotas que marcaron su carrera deportiva.
Etiquetas: Boca, Fútbol, Pedro Mansilla, Racing, Todo con Afecto