Sus recuerdos de infancia están aquí, en Río Grande, papá mendocino, mamá –una de las primeras maestras del pueblo-y la hermana. La casa a cien metros de la escuela, el pueblo donde todos parecíamos conocernos.
La adolescencia la llevará a Ushuaia y quedará prendada en su memoria esa conjunción de cielo, mar y montañas de donde un día fue a salir.
La pérdida del padre encontró a la familia junto a la gran cordillera, y allí transcurrió el resto de su vida.
Profesionalmente fue la medicina su capacitación esencial, específicamente, la patología, un área sobre la cual conversó con nosotros – sus amigos distantes-, las cinco décadas del vivir la muestran en una plenitud de acciones y un optimismo que nos supo contagiar.
Nuestra tierra que a tanta gente ha recibido de todas partes, también tiene productos calificados de exportación, como es Patricia Lima.