El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, confirmó que el Gobierno nacional avanza con una reforma que permitirá a los usuarios particulares importar vehículos nuevos y usados sin necesidad de pasar por los procesos actuales que rigen para las terminales automotrices.

En declaraciones radiales, el funcionario señaló que se va a facilitar la importación personal de autos nuevos y que, en el caso de los usados, “se dejará de exigir la Licencia de Configuración de Modelo (LCM)”. Según argumentó, la medida se basa en la idea de que “si un auto circula en Estados Unidos o Europa, se presume que también puede hacerlo en Argentina”.

El cambio se enmarca en una nueva reforma a la Ley Nacional de Tránsito que prepara el Ejecutivo y que incluiría nuevas condiciones técnicas para que los vehículos importados puedan circular.

“Habrá una suerte de verificación técnica para garantizar que cumplan con los requisitos mínimos de seguridad”, adelantó Sturzenegger, quien ejemplificó con el caso de vehículos provenientes del Reino Unido, donde el volante está del lado derecho.

Con esta iniciativa, también se busca ampliar la oferta de marcas y modelos en el mercado local sin que las empresas automotrices deban instalarse en el país. “La resolución será publicada próximamente en el Boletín Oficial”, aseguró el ministro, aunque no precisó plazos concretos.

Actualmente, el régimen para importar vehículos usados de manera particular está limitado a casos específicos, como autos clásicos o repatriación, y exige haber vivido al menos dos años en el exterior. La reforma implicaría un cambio de paradigma que abriría nuevas posibilidades para los consumidores.

El anuncio se conoció además en coincidencia con el inicio del segundo tramo del programa oficial que permite importar autos electrificados —eléctricos, híbridos o a hidrógeno— sin pagar aranceles aduaneros.

En esta nueva etapa, se prevé la adjudicación de hasta 21.738 unidades a terminales y representantes locales de marcas internacionales.

Con estas decisiones, el Gobierno busca promover una mayor competencia, ampliar la variedad de vehículos disponibles en el país y reducir los costos de acceso, en un mercado que atraviesa una fuerte caída en las ventas y enfrenta altos precios en los modelos 0 km.