Su vida parece caminar sobre el infortunio, pero en todo ha salido adelante.
En su juventud un terremoto arrasó Caucete y con ello la familia debió emigrar, primero Buenos Aires, después Tierra del Fuego.
Aquí consiguió entrar a trabajar en LRA 24, como personal de maestranza, pero el achique del estado la dejó sin empleo. Nunca tendría otro empleo.
Al mismo tiempo gestaba y como madre nacería un hijo discapacitado.
Mirta volvió un día a Nacional, habían pasado 25 años y no se atrevía a volver. Por entonces estaba de regreso en Río Grande para ser abuela. En la radio encontró solo a unos pocos de los que habían sido sus compañeros.
Con ella nos pusimos a hablar sobre su existir, su batallado andar en una actitud de madre que la define plenamente. Las palabras que va escribiendo, la sonrisa que nunca se borra..