Juan Schiaretti y Martín Llaryora realizaron ayer el acto de campaña mas importante hasta el día de hoy. Fue con dirigentes, intendentes y funcionarios de toda la provincia. No estuvo invitada la militancia peronista que –en general- tiene poco protagonismo en la política de Córdoba. Nuestra preguntas fueron dos. Una, si el activismo partidario es un actor prescindible en la política argentina en general. Dos ¿cuáles serían los motivos ideológicos, las consignas convocantes que despierten sentimientos y deseos para realizar el esfuerzo inherente a la práctica militante? Encontramos pocos. Los 40 años de democracia registra años de militancia intensa. La década del ochenta tuvo tópicos movilizantes como democracia, derechos humanos. Después, la resistencia al neoliberalismo y el 2001. Después, Néstor y Cristina Kirchner convencieron a franjas del activismo social para que se sumen a la política partidaria. La izquierda siempre tuvo una militancia convencida.
En los últimos años está superando su condición minoritaria para avanzar hacia una izquierda “popular” por cantidad y composición social. Es lo que se observa, por ejemplo, en las marchas de Unidad Piquetera. El PRO/Juntos por el Cambio sí tiene militancia y es el conjunto (amplio) de periodistas de derecha. La militancia territorial, cuerpo a cuerpo, es necesaria cuando el proyecto que se promueve sopla en contra del viento. Cuando se trata de fortalecer y ampliar las ideas establecidas, alcanza con periodistas y un buen manejo de redes.
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