Los mil días del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner fueron evaluados por el Presidente, que recordó y ratificó lo que fue y es uno de los principios de su gestión: que los últimos sean los primeros. Este precepto es viable si la cita del Evangelio según San Mateo es completa: los últimos serán los primeros, sí, pero los primeros serán últimos. Sin esta inversión de privilegios o de la transferencia de ingresos - dicho con lenguaje del primer kirchnerismo- el deseo presidencial quedará frustrado en los días por venir.
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Etiquetas: Alberto Fernandez, análisis, Sergio Tagle