“Mi lagrima número 100” se llama el disco del mendocino, quien charló con el equipo de Muchas Gracias sobre el reciente material.
Miguel contó sus inicios con su coterráneo Aníbal Apiolaza, de quien dijo que “fue su maestro, fue quien me reveló bien el bandoneón”. “Tuve la suerte de escucharlo tocar la última presentación, en silla de ruedas”, contó el músico quien describió el trabajo de dos años de aprendizaje.
Volviendo al disco, Miguel contó que se terminó grabando en dos partes por la pandemia, y agregó que por el momento no habrá presentación.
“Soy un bandoneonista que no pertenezco al mundo puntual del bandoneón. Me interesan mucho los sonidos, y voy a las canciones” concluyó Miguel quien ha tenido también numerosas participaciones dentro del rock.