El periodista y director de LRA 19 Puerto Iguazú en Misiones Mario D' Arpino, quien cubre las elecciones presidenciales en Brasil, en diálogo con el Panorama Nacional, analizó lo sucedido con los resultados en el país vecino. Se refirió además a los fallos de las encuestas en las dos elecciones presidenciales anteriores, que ayer volvieron a darse, y las "grandes diferencias" que marcaron con los votos que finalmente obtuvo Jair Bolsonaro.
"La polarización fue muy importante, es la primer vez en la historia de Brasil que se va a una segunda vuelta entre dos candidatos que tienen un margen tan estrecho de votos", mencionó. "Hubo una cuota de la ciudadanía que no quiso participar de la confrontación de dos modelos antagónicos, de muy difícil reconciliación. Hay una grieta más profunda aún que la que se da en Argentina", agregó.
Desde San Pablo, el periodista y Director de LRA19 Puerto Iguazú, en la provincia de Misiones, Mario D`Arpino, enviado especial de Radio Nacional, compartió la crónica de lo que fue una jornada histórica para Brasil, las elecciones generales más trascendentes de los últimos 30 años, y analizó el escenario político que se abre de cara a la segunda vuelta. "Es muy difícil festejar pensando en lo que se viene; Lula tiene todas las de ganar pero el final está abierto", reflexionó.
Con el 99,78 por ciento de los sufragios contados, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva obtenía el 48,37 % y Bolsonaro el 43,25 por ciento, según datos del Tribunal Superior Electoral (TSE).
El líder del PT dispone de cuatro semanas para hacer campaña en busca de los votos que le faltaron en esa primera vuelta, debido a que quedó a 1,63 puntos porcentuales de los votos necesarios para alzarse con la presidencia.
El bolsonarismo sorprendió a los prestigiosos estudios demoscópicos de Datafolha e Ipec, que preveían una victoria de Lula por hasta 14 puntos de ventaja y quizás sin balotaje.
Esta nueva derecha renovada logró fortalecer la presencia de su fuerza política el Congreso, acceder a gobernaciones y disputar segundas vueltas para gobernador, a la vez que le dio a Bolsonaro una aparente chance de ser reelecto, cuando antes de las 17 de este domingo parecía un derrotado.
Lula volverá así a disputar un balotaje dado que nunca había ganado en primera vuelta, ni en 2003 ni en 2006, cuando obtuvo su reelección, y en 1989 perdió en segunda vuelta ante Fernando Collor de Mello.
"Todas las elecciones a las que me he presentado han sido en segunda vuelta, todas ellas. La segunda vuelta es la oportunidad para madurar las propuestas y para conversar con la sociedad", manifestó Lula desde su bunker en San Pablo ante sus seguidores, a los que les dijo "la lucha continúa hasta la victoria final".
Desde que se inició la transmisión de datos en tiempo real, a las 17, tras el fin de la jornada electoral, que no tuvo episodios de violencia graves ni generalizados, en el bunker de Lula todo era "desorientación" porque los primeros cómputos le daban ventaja de hasta siete puntos a Bolsonaro, algo que se revirtió a medida que se incorporaban los votos al conteo oficial.
Por su parte, Bolsonaro señaló que la mayor parte de la población tuvo una "voluntad de cambio" y adelantó que para la segunda vuelta intentará dialogar con la población de más bajo recursos, que es la que más lo ha castigado en estos comicios a raíz del aumento del precio de los alimentos.
Bolsonaro logró una victoria en el estado de San Pablo, el más desarrollo y poblado del país, ya que su candidato y exministro de Infraestructura, Tarcisio de Freitas, venció al favorito Fernando Haddad, del PT, por 42 a 35%.
Otro ministro de Bolsonaro, el astronauta y exministro de Ciencia Marcos Pontes, quien ejecutó el mayor ajuste del área en su historia durante su gestión, fue elegido senador por San Pablo, derrotando al exgobernador Marcio França, del Partido Socialista Brasileño (PSB) de Geraldo Alckmin.
El poder en San Pablo, que el cuatro veces gobernador Alckmin le debía aportar a Lula al ir como su vice, se deshizo como el polvo este domingo en el estado más fuerte del país, sobre todo en el interior, donde las clases medias ratificaron el rechazo a las opciones progresistas, como a lo largo de la historia.
Haddad y Freitas dejaron afuera del balotaje a Rodrigo García, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que dejará de gobernar San Pablo por primera vez en 27 años.
El libertario bolsonarista Romeu Zema, gobernador de Minas Gerais, del Partido Novo, fue reelecto con el 57 por ciento de los votos en el segundo distrito electoral del país contra Alexandre Kalil, intendente de Belo Horizonte y expresidente de Atlético Mineiro, del PSB, un gran aliado de Lula.
Lula fracasó en buscar el voto útil con los principales artistas del país y figuras identificadas con el progresismo, ya que la senadora Simone Tebet, del Movimiento de la Democracia Brasileña del expresidente Michel Temer recibió 4,16 % contra 3,05 % del gran derrotado de la elección, Ciro Gomes, un desarrollista del Partido Democrático Brasileño.
Otra gran victoria del bolsonarismo fue la reelección en Río de Janeiro de Claudio Castro por 58% a 27% contra el progresista Marcelo Freixo, del PSB, confirmando una nueva generación de la derecha.
En el Senado, Bolsonaro logró que fuera elegido el vicepresidente Hamilton Mourao en Río Grande do Sul y sus exministras Teresa Cristina en Mato Grosso y Dammares Alves en Brasilia.
Alves fue ministra de la Mujer, famosa por ser una pastora evangélica que propuso brigadas para perseguir a las mujeres que abortan y a los médicos que realizan oficialmente abortos legales, previsto por la ley.
El Centrao resultó uno de los grandes vencedores, ya que el Partido Liberal, al que adhirió Bolsonaro en 2021, y el Partido Progresista, que domina el Congreso, del jefe de gabinete Ciro Nogueira, lograron conquistar el mayor bloque en la cámara baja.
Panorama Nacional, lunes a viernes de 6.00 a 7.00.