En un contexto donde el Gobierno nacional apuesta a cambiar las bases del modelo económico argentino, el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) comienza a mostrar resultados concretos.
Según el informe de gestión que presentó el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ante el Senado, ya se recibieron 14 solicitudes de proyectos que implican compromisos de inversión por más de USD 16.514 millones.
Cuatro de esos proyectos ya fueron aprobados y representan más de USD 13.200 millones en desembolsos a lo largo de su ejecución.
El impacto estimado en materia de empleo también es relevante: se proyecta la creación de 7.744 puestos de trabajo directos e indirectos en el pico de actividad.
La iniciativa forma parte de la estrategia del presidente Javier Milei para atraer inversión genuina a la economía real y con el objetivo de generar divisas, reactivar sectores estratégicos y fortalecer las reservas del Banco Central.
El RIGI establece condiciones fiscales, aduaneras y cambiarias competitivas para proyectos de gran escala, esto incluye beneficios como exenciones en Ganancias, IVA, derechos de exportación e importación y mayor disponibilidad de divisas, lo que convierte al régimen en una herramienta clave para fomentar inversiones de largo plazo.
Los cuatro proyectos que ya obtuvieron luz verde están vinculados a sectores estratégicos como energía, minería y petróleo. Se trata de:
-Guacomalayo (litio en Salta)
-Vaca Muerta Oil Sur (oleoducto entre Neuquén y Río Negro)
-PAE–Golar (planta de GNL en Río Negro)
-Parque Solar El Quemado (energía eléctrica en Mendoza)
El proyecto más ambicioso, a cargo de PAE–Golar, prevé una inversión de USD 6.878 millones. Le siguen el oleoducto de Vaca Muerta con USD 2.846 millones y el proyecto de litio Rincón con USD 2.724 millones.
Hasta el momento, 15 provincias ya adhirieron al régimen mediante leyes locales, lo que refuerza el alcance federal de la medida. Entre ellas se encuentran Jujuy, Salta, Catamarca, Mendoza, San Juan, Córdoba, Neuquén y Río Negro, entre otras. Cada una otorgará beneficios impositivos y regulatorios adicionales, que acompañan el marco nacional.
Además, el Ministerio de Economía confirmó que analiza extender el régimen a empresas que inviertan en extender la vida útil de explotaciones mineras existentes, lo que podría beneficiar a regiones donde ya hay operaciones en curso.
La gestión de Milei busca cambiar la lógica de los últimos años: pasar de un modelo sostenido en la emisión y el gasto público a uno basado en inversión, productividad y crecimiento. El RIGI se enmarca en esa visión, con foco en la desregulación, el orden macroeconómico y la eficiencia estatal.
Si bien el impacto total llevará tiempo, los primeros datos permiten anticipar que este régimen podría convertirse en uno de los motores de la recuperación económica.
La llegada de capitales, la generación de empleo y el ingreso futuro de divisas abren una ventana de oportunidad para el país en sectores con alto potencial exportador y demanda internacional sostenida.
