Si algo hizo el aparato del Estado durante los años oscuros del golpe cívico-militar que se llevó a cabo en 1976, fue perseguir a los artistas y a su obra, como le ocurrió a Mercedes Sosa, quien al principio tenía que vender sus discos “bajo poncho”, hasta que un día fue llevada presa, lo que desembocó en que decida exiliarse del país. “Se empiezan a prohibir algunos discos y luego se prohíbe todo un disco editado sobre Atahualpa Yupanqui, que no tuvo posibilidad de ventas masivas porque se escondió en las compañías. Algo de material se perdió porque los militares los quemaron junto al de otros artistas.
Después algo se pudo recuperar de Music Hall y estuvo dando vueltas el disco de Atahualpa, que es del año 1976. Ella iba a un recital y llevaba el disco para venderlo porque la grabadora tenía prohibido hacerlo y en las radios estaba prohibido pasarlo.
Hasta que llegó el exilio en el año 1978, que la llevan presa en un recital en La Plata, a sus músicos, los organizadores y la gente que estaba presente.
Mi tía no pudo más porque cuando se llevaron preso al público se volvió muy complicado, por lo que decidió irse del país con mucho dolor. Fue un duro exilio de tres o cuatro años que le provocó enfermedades”, recordó Adrián Sosa, sobrino de “La Negra”.
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