El jueves por la tarde, Graciela Alejandra Toppi estacionó su auto por menos de una hora y cuando volvió le habían robado la bomba de insulina que le iba a mejorar la calidad de vida a su hijo de 15 años.
El adolescente debe inyectarse 15 veces por día desde hace ocho años y realizarse seis controles de insulina diarios por una diabetes de Tipo Grado 1.
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