Fecha incierta: una madrugada antes de las 4, el 17, el 18 o el 19 de agosto de 1936 asesinaron a uno de los grandes escritores de España: Federico García Lorca que es además el escritor más conocido en el mundo anglosajón y que representa a las víctimas del franquismo comenzó a contar Mónica Borré en su columna diaria para Muchas Gracias. En esa era del miedo ante la represión se suponía y se callaba, el único que fue a reclamarlo ante el Gobierno Civil de Granada fue el músico Manuel de Falla. Pero la prensa internacional se hizo eco, en poco tiempo se convirtió en el símbolo de la ferocidad franquista -fue su víctima propiciatoria-. A este poeta mártir nunca se le perdonó su posición constante al lado de los débiles y de los marginados, revolucionario sin carnet, angustiado por su denostada homosexualidad. Sigue muerto y desaparecido como los más de 100.000 republicanos enterrados en fosas comunes y cunetas.
La familia admite su muerte recién 3 años después y en 1940 se inscribe su fallecimiento.
¿Qué hizo en su momento el Partido Socialista Español cuando accedió al poder? Pudo poner en marcha el proceso de buscar los muertos y la legislación necesaria. Ejemplo de inacción: aparecieron restos dentro del área de fusilamiento en 1986, se volvieron a enterrar y no se le comunicó a un juez.
Al parecer falta fuerza para activar la Memoria Histórica. Es una deuda que aún tiene España para con sus ciudadanos.