La reserva mundial de semillas, ubicada en el archipiélagdo noruego de Svalbard, sufrió infiltraciones de agua a causa del alza de las temperaturas poniendo en peligro el tesoro que alberga entre las capas de hielo.
Diseñada para conservar la diversidad de los cultivos del planeta y proteger a las semillas del mundo de eventuales catástrofes, la bóveda de Svalbard fue alcanzada por las consecuencias del cambio climático. El alza de la temperatura causó el deshielo del permafrost natural, es decir de los suelos congelados que rodean esta cámara fuerte que resguarda miles de semillas en un archipiélago noruego en el ártico. Y así se infiltró agua en el túnel de entrada.
"El túnel es muy largo, alrededor de 100 metros. En octubre de 2016, tuvimos temperaturas muy altas y mucha lluvia en la región de Svalbard y tuvimos una importante inundación", dijo a RFI Hege Aschim, portavoz de Statsbygg, la empresa responsable del edificio y de las operaciones técnicas en Svalbard.
"Fue un sábado en la noche. Mucha agua se infiltró por el túnel de entrada, hasta 15 o 20 metros hacia el interior y como hace mucho frío adentro, el agua se congeló. Debo decir que las semillas y la bóveda de semillas en sí no estuvieron nunca en riesgo. Pero teníamos bloques de hielo en la entrada, y esto no debía pasar obviamente. Como no podemos entrar con maquinaria allí, los sacamos con la ayuda de bomberos y otros trabajadores. Fue bastante dramático."
Las cerca de 900.000 semillas que están allí conservadas a menos 18 grados, no fueron afectadas, aseguran los responsables de este proyecto internacional. Sin embargo, fue necesario tomar medidas para solucionar el problema.
La empresa Statsbygg retiró el equipamiento eléctrico que se encontraba en la entrada, para reducir las fuentes de calor y construyó paredes impermeables en el interior del túnel y cunetas de drenaje en las montañas alrededor.
"Vamos a modificar el túnel de acceso y construir una nueva parte en concreto. Ahora está hecho con un material metálico, así que será una construcción más resistente”, dice Aschim.
“También vamos a ayudar al túnel modificando el suelo que lo rodea. Vamos a cambiar unos 17.000 metros cúbicos de tierra alrededor de la construcción. Ayudaremos esta tierra a congelarse gracias a tuberías que enfrían. Y arriba del túnel, pondremos una especie de alfombra que enfría. Todo esto para ayudar al permafrost a estabilizarse."
Las obras empezarán en la primavera de este 2018, poco después de que el banco mundial de semillas de Svalbard cumpla sus diez años.
Con esto, los organismos responsables, entre ellos el gobierno noruego, esperan que la reserva de Svalbard dure para siempre en una zona, el Ártico, entre las más afectadas por el recalentamiento global.
Entrevistados:
- Hege Aschim, portavoz de Statsbygg, la empresa responsable del edificio y de las operaciones técnicas en Svalbard.
- Luis Salazar, vocero del Global Crop Diversity Trust, el organismo independiente creado por la ONU para gestionar la bóveda.
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