Por Daniel Corujo-
Juan Martín del Potro (3°) es finalista del US Open por segunda vez en su carrera.
Jugando de una manera contundente. Inteligente. Haciéndolo diez puntos cuando el encuentro lo pedía, Juan Martín Del Potro -quien en un puñado de días cumplirá 30 años- se clasificó para la final del Abierto de los Estados Unidos.
Del Potro superó en la primera semifinal al número uno del ranking ATP, el español Rafael Nadal por 7-6, 6-2 y retiro.
La ajetreada rodilla derecha del español dijo basta promediando el segundo parcial. Nadal empezó a jugar sin esa movilidad extraordinaria que lo caracteriza y el abandono se veía venir.
Dos datos estadísticos que deja este encuentro disputado en el estadio “Arthur Ashe”...
Esta fue la décima victoria del argentino sobre un número uno del mundo.
La otra es que pasaron dos años y medio tras el último abandono de Nadal (marzo del 2016 en Miami ante el bosnio Dzumhur por 2-6, 6-4, 3-0 y retiro).
La historia de la semifinal se inició de una manera inesperada. Con dos rompimientos de servicios. Primero, en apenas 4 minutos, para el argentino. Y enseguida para el español.
Del Potro, después del quiebre inicial, cometió algunos errores no forzados, y su juego cambia mucho cuando mete el primer saque que es fundamental.
Casualidad o no, tras ser atendido en su rodilla derecha tras el séptimo game (luego se sacó el vendaje), Nadal tuvo algunos problemas para retroceder en las pelotas profundas. Del Potro lo aprovechó con un quiebre en 15.
Pero Nadal nunca baja los brazos. Del Potro jugó muy mal los dos sets points. Y el tie break fue una realidad. En el desempate, la profundidad de Juan Martín fue determinante: 7-4.
Rafa seguía renegando con su rodilla derecha. Estaba 4-1 Del Potro, quien “leía” del otro lado de la red los problemas del mallorquín y de nuevo atención médica para Rafael.
Esta vez el vendaje fue más fuerte por debajo de su rótula y también se masajeó la contractura del español en esa zona.
Del Potro no se apuró. Hizo lo que le convenía. Con golpes muy potentes y esquinados lo obligó a Nadal a trasladarse en el fondo de la cancha. E inclusive, muchas veces lo dejó parado...
La precisión de Del Potro lo llevó a Nadal a retirarse. Sabía que poco iba a poder hacer en lo que quedaba del encuentro.
Festejo medido de Juan Martín. La alegría por el acceso a la final. Con, relativamente, poco desgaste. Y empezar a soñar con el domingo. La cita, es a las 5 de la tarde hora argentina. La hora de Del Potro.