Un trasplante cardíaco pediátrico protagonizó un hito inédito para la medicina argentina y latinoamericana: un niño de 2 años donó su corazón a otro de 1 año, quienes se encontraban internados en la misma habitación del Hospital Italiano de Buenos Aires. El procedimiento se realizó mediante donación en asistolia –tras el paro cardíaco del donante– y se llevó a cabo el pasado 18 de junio, marcando un antes y después en el país.
El cirujano cardiovascular y jefe de equipo de Trasplante Cardíaco Infantil del Hospital Italiano, Jorge Barretta, dialogó con Ramos generales (en su nuevo horario, de 10 a 12:45) y destacó que este tipo de trasplante no solo es inédito por su técnica, sino también por el vínculo existente entre ambos pacientes. Subrayó que la cercanía emocional entre las familias y el acto altruista del donante dan un significado excepcional a esta intervención.
"Felipe llevaba 5 meses conectado a un corazón artificial, a la espera de un corazón. Es casual que se dio en el mismo hospital, podría haber sido de otro hospital. Fue casual que dos familias compartieran la misma institución", expresó.
El trasplante implicó el uso de un órgano obtenido luego de la muerte cardíaca del donante, en un procedimiento conocido como donación en asistolia controlada. Gracias a este método, ya empleado en países como España y Australia, se abrió una nueva fuente de donaciones de alta complejidad en Argentina.
"Se recuperó un corazón que estaba parado y se pudo utilizar. Fuimos cautos, queríamos evaluar cómo estaba el corazón después de que empezara a funcionar", resaltó.
Barretta explicó que el receptor, Felipe Palagani (1), había sido diagnosticado con miocardiopatía dilatada, soportado por dispositivos como el Berlin Heart, mientras que su compañero de habitación, Luca Zarragud (2), previamente trasplantado de hígado, sufrió complicaciones que motivaron la decisión de donar órganos. El corazón estuvo detenido aproximadamente 30 minutos durante la evaluación, para luego ser trasplantado al receptor en un protocolo ejecutado con precisión quirúrgica.
Según el cirujano cardiovascular, la operación combinó alto nivel técnico e infraestructura adecuada, junto con supervisión del INCUCAI y amparo legal ofrecido por la Ley 27.447 de Trasplante de Órganos, Tejidos y Células. Además, resaltó que el hecho de que ambos niños compartieran internación en la misma habitación facilitó la logística y fortaleció el componente humano del procedimiento. El equipo trabajó bajo estrictos estándares para acortar el tiempo entre la detención cardíaca y la implantación, algo clave en este tipo de intervención .
Este acontecimiento marca una nueva era en la donación pediátrica en Argentina, donde se realizan apenas entre 20 y 30 trasplantes cardíacos infantiles por año. La aportación de órganos mediante asistencia en asistolia podría incrementar ese número significativamente.
Felipe se recupera favorablemente, habiéndole ya retirado el marcapasos, y permanece estable. Las familias, unidas por un lazo más allá de la adversidad, planean que el pequeño Felipe adopte “Luca” como segundo nombre, en honor a su donante y compañero de internación.

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