Así lo comentó durante su columna la periodista Ana María Vega, quien compartió la explicación de Gonzalo Roqueiro, doctor en Biología y Laura Notario, nutricionista, ambos del Inta San Juan sobre esta iniciativa público-privada, novedosa en nuestro país.
El producto fue diseñado por un grupo de investigadores e investigadoras de un consorcio conformado entre el Conicet y la Universidad de La Plata (UNLP), la Universidad Nacional de Lanús (UNLA), la Universidad Nacional de Quilmes (UNQui) y la Universidad Nacional de Luján (UNLu). A ello se suma personal del INTA San Juan, productores del Clúster Quinoa Cuyo y por supuesto la empresa pyme que produce el alimento diseñado por les científiques, denominada Babasal S.R.L.
La nutricionista Notario aseguró que “la quínoa tiene 9 aminoácidos esenciales y que puede ser la base de la dieta además es libre de gluten por lo cual pueden consumirlo las personas celíacas”, dijo.
Gonzalo Roqueiro, doctor en Biología del Inta explicó “dónde se produce la quinoa en Cuyo y cómo se desarrolla esta producción de forma horizontal y vertical”.
Vega citó a la presidenta del CONICET, a Ana Franchi quien explicó que “la quinoa era una planta sagrada de los incas, su consumo y su producción fue prohibida por los conquistadores españoles considerando que estaba asociada con lo sagrado y también para imponer cereales que venían del viejo continente”.
Finalmente, recomendó incluir la quinoa en los platos cotidianos para lo cual es necesario cocinarla luego de lavarla muy bien hasta que elimine la sustancia que hace espuma. Explicó que cocida “es perfecta para preparar ensaladas tradicionales y ensaladas de frutas, rellenos de verduras o hamburguesas veganas”.