El papa Francisco reconoció en Dublín el fracaso de la Iglesia para afrontar adecuadamente lo que denominó "crímenes repugnantes de los abusos" a menores, y pidió esfuerzos para adoptar normas severas y que no se vuelvan a repetir. "El fracaso de las autoridades eclesiásticas al afrontar adecuadamente estos crímenes repugnantes ha suscitado justamente indignación y permanece como causa de sufrimiento y vergüenza para la comunidad católica", expresó el Papa.

El primer ministro irlandés, Leo Varadkar, ha insistido en que los culpables deben ser castigados y en que no se puede olvidar a la víctimas. "Sólo puede haber tolerancia cero para quienes abusan de niños inocentes o quienes facilitan dichos abusos. Ahora debemos convertir las palabras en actos. Ante todo, Santo Padre, le pedimos que escuche a las víctimas y los supervivientes", declaró Varadkar.