Después de su experiencia con la Selección Argentina en los Juegos Paralímpicos de Río 2016, Florencia González Cabañas se dio cuenta que si quería crecer y progresar con el básquet sobre silla de ruedas tenía que dedicarse más.
Que debía probarse con las mejores. Fue entonces que comenzó una intensa y minuciosa búsqueda para jugar en el exterior, más precisamente en Estados Unidos.
Fueron tiempos de llamados, averiguaciones y mucha intriga hasta que encontró una luz cuando se comunicó con el equipo WSF Team Liberty de Nueva York. Así entre mensaje y mensaje, llegó la invitación del entrenador David Deas, quien hoy la dirige en Estados Unidos. “Siempre fue muy amable y sincero. Me ayudó mucho a la adaptación, al igual que mis compañeros”, relata Florencia.
Los primeros días en Estados Unidos no fueron sencillos. Para nada. Pero González Cabañas se acomodó. “Aunque me manejo bien con el inglés, los primeros días fueron difíciles porque hablan muy rápido. Por suerte me acostumbré enseguida y mis compañeros fueron importantes porque me llevaron a los entrenamientos y hasta hicieron de guías por toda la ciudad”, cuenta la correntina de 22 años.
Apenas arribó a su nuevo club, Florencia pidió utilizar la camiseta número 20, la misma que usa desde cuando comenzó a jugar al básquet en el CEF (Centro de Educación Física) de Corrientes en 2014. “Al principio al básquet lo tomé como un hobby y una manera de pasarla bien. Me gustó mucho y enseguida llegó la convocatoria para jugar en la Selección. Eso fue una motivación gigante. Ahí me di cuenta que comenzaba una nueva etapa de mi vida”, explica.
Florencia, que había sufrido una lesión medular practicando gimnasia, encontró en la Selección su lugar en el mundo. “Un cuerpo técnico único, con Carlos Cardarelli a la cabeza, y unas compañeras increíbles. Debo reconocer que encontré una verdadera familia”, dice, a la distancia, y se emociona.
Florencia González Cabañas, la jugadora más joven del plantel de la Selección que actuó en Río, la tiene clara. Se entrena todos los días en Nueva York y se enfoca en el campeonato que va a comenzar en marzo. “Acá hay una liga exclusiva para mujeres y sé que voy a hacer historia”, asegura. Mientras planea su futuro y no descarta instalarse en Nueva York por unos años, Florencia sigue acumulando sueños. Los mismos que la llevaron a convertirse en la primera jugadora argentina en participar en la liga de básquet de Estados Unidos.