En el corazón de Buenos Aires, un pequeño estudio independiente llamado Stonehollow Workshop está desarrollando Eterspire, un videojuego de rol multijugador masivo online (MMORPG) gratuito, disponible para Android, iOS y recientemente lanzado también en PC vía Steam. LA NACION+2Eterspire+2
El proyecto comenzó desde cero, sin respaldo de grandes publishers, lo que implicó desarrollar internamente toda la infraestructura: servidores, mecánicas de combate en tiempo real, economía del juego, y las propias herramientas de desarrollo. LA NACION
El equipo, liderado por Martín Javier del Río Llobera (alias “Lartu”), junto a otros programadores, artistas y testers, ha construido un mundo persistente donde jugadores pueden explorar, combatir criaturas, comerciar y tomar decisiones éticas que afectan su reputación dentro del universo del juego.
Uno de los aspectos más destacados es su enfoque colaborativo con la comunidad: desde las primeras pruebas, muchos jugadores latinoamericanos participaron en tests tempranos, dando retroalimentación que ayudó a ajustar mecánicas completas del juego.
Hoy el juego tiene traducción a 12 idiomas, incluyendo idiomas muy diversos como chino mandarín, cantonés, filipino, tailandés, alemán, francés y otros, lo que refuerza su ambición de expandirse internacionalmente.
A pesar de los desafíos económicos locales (inflación, recursos limitados), el equipo mantiene un ritmo de trabajo sostenido y actualizaciones frecuentes, intentando no recaer en prácticas intrusivas de monetización, sino más bien ofreciendo cosméticos y expansiones sin que los jugadores tengan que pagar para progresar.
El lanzamiento en PC fue un salto estratégico para ganar visibilidad, pues les exige elevar estándares de calidad técnica, y abre camino además a proyecciones hacia consolas como Nintendo Switch, PlayStation o Xbox, según lo expresado por los desarrolladores.
En resumen: Eterspire no es solo un proyecto indie más, sino una demostración de que desde Argentina se pueden crear mundos ambiciosos, con comunidad global y visión internacional.

Etiquetas: Agustín Cammisa, Un pasaje hasta ahí, videojuegos