La enfermera argentina Milca Velázquez vive y trabaja en Bélgica pero se encuentra colaborando en la frontera entre Ucrania y Polonia y, desde allí, describe la difícil situación de las madres, niñas, niños y adolescentes ucranianos que escapan de la guerra y las crudas condiciones que presentan al llegar. En ese sentido, advirtió que “las primeras necesidades que tienen son de descanso y alimento”.

Detalló que “las familias llegan apenas con una mochila y luego de estar dos o tres días caminando” hasta poder cruzar la frontera desde Ucrania a Polonia.

Explicó que una vez que salen de los centros en donde se los aloja en Polonia, se les ofrece “transporte gratuito” hacia las ciudades que elijan gracias a la colaboración de la ciudadanía que describió como “gente solidaria que gasta su tiempo y su combustible para ayudar”.

Milquita señaló que “los centros son muy activos, son alrededor de 10 mil las personas por día que entran y salen”, lamentó las consecuencias de la incursión militar de Rusia en Ucrania y sentenció “es muy triste porque se ven muchos bebés y niños” que escapan de la guerra.

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