Facundo empezó a trabajar como calesitero a los 13 años. "Necesitaba trabajo y tenía dos opciones: una calesita o una heladería. Empecé como empleado y hoy tengo mi calesita", cuenta.
Hoy, casi 30 años después, tiene su propia calesita en Plaza Mitre, en el barrio de Villa Ballester, partido de San Martín. "Es hermoso trabajar con chicos, y es lindo hace lo que a uno le gusta", explica, pero lamenta no poder compartir tiempo con sus hijos: "por mi trabajo, yo no puedo disfrutar mucho a mis hijos; trabajo de lunes a lunes".
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