Luego de muchas décadas de prohibición, la actividad vitivinícola resurgió con fuerza a principios del nuevo milenio de la maño de audaces emprendedores. Hoy son más de 50 los viticultores en la provincia, cada uno con su propia historia y haciendo camino al andar, pero todos con el mismo objetivo: que en Entre Ríos se vuelva a hablar de buenos vinos.
Aldea Jacobi, a poco más de 40 kilómetros de la capital entrerriana, es el lugar donde se desarrolla este proyecto que tiene una singularidad: la cepa Marselan; plantada hace varios años, y con resultados más que alentadores.
Hacedor: Martin Girbich, Viñatero de Aldea Jacobi.
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