Oscar “Cholo” Gómez Castañón charló amablemente con Patricia Sosa, sobre sus vida artística y personal y en ese marco comentó que” El encierro de la pandemia nos cambió un montón, hubo que acostumbrarse al setreaming, muchos compañeros me dijeron ´es muy frío, terminás de tocar y el silencio es absoluto´”
“Sin embargo le encontré la vuelta, una tiene que encontrar de qué lado o mirada nos hace más feliz, entonces terminé el tema y me di cuenta que estaba en la casa de la gente, esta vez no abría yo las puertas de un teatro para que entraran a verme, sino que la gente me abrió la puerta de su casa en un acto de amor maravilloso.”
“Me pude trasladar a todas las cocinas, los comedores donde estaban disfrutando, y después me mandaron fotos desde los hospitales, donde los internados estaban mirándonos por sus teléfonos, en geriátricos, cuando yo decía ´a levantar las manos´ y todos los abuelos las levantaban, fue maravilloso llegar a lugares donde no hubiéramos podido de manera presencial, termina el tema, nos miramos con los músicos y estábamos todos con los ojos llenos de lágrimas.”
En base a una experiencia reciente en un recital, donde en un momento se les amontonó un montón de gente sin barbijos, comentó “Tuve que volver al escenario y pedir que todos hagamos un acto de amor, que es cuidarnos entre todos, la mayoría lo asumió, a otros le costó un poco más”.
A continuación hace un balance de su carrera, desde sus comienzos cantando todo en inglés, hasta su última participación en el Festival Nacional del Chamamé, describiendo la dulzura y el romanticismo de la música litoraleña.
“Hoy comienzo los ensayos de Perdidamente, una comedia de Mariela Asensio y José María Muscari, en la que conformamos a una familia de 5 mujeres con todas sus emociones a flor de piel, cinco personajes intensos: Leonor Benedetto, Karina K, Julieta Ortega, Ana María Picchio y yo, nos dirige José María Muscari, que estrenará en septiembre en el Multiteatro Comafi, que trata sobre el Alzheimer, que padeció levemente mi papá.”
Etiquetas: oscar mediavilla, Pan casero, Patricia Sosa