El pasado 4 de mayo de 2021 se presentó el Libro “El regreso de los ancestros. Movimientos indígenas de repatriación y redignificación de los cuerpos”, publicado por el Servicio Nacional de Patrimonio Cultural de Chile.

El libro es una compilación de textos editada por Jacinta Arthur de la Maza, docente e investigadora de la Pontificia Universidad Católica de Chile, y Patricia Ayala Rocabado, investigadora del Centro de Estudios Interculturales e Indígenas (CIIR). La presentación del libro estuvo a cargo de Susana Herrera, Subdirectora de Investigación del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural de Chile, y de Carina Jofré, activista warpe investigadora del CONICET con lugar de trabajo en la Universidad Nacional de San Juan, quien tuvo a su cargo el Prólogo de esta inédita publicación.

En "Ni los Chocos", la editora Jacinta Arthur detalló el contenido que conforma este material. "Es un compilados de distintos textos que relatan la experiencia de distintas comunidades indígenas en lo que es hoy territorio chileno", apuntó la literaria. En su interior se vivencian las experiencias sobre la re-patriación de sus ancestros, en otros casos al re-entierro de sus ancestros y a la re-dignificación de ellos también.

Retomando una provocación lanzada originalmente por James Riding, Jacinta Arthur y Patricia Ayala, se centran en la necesidad de señalar los problemas y obstáculos epistemológicos, ontológicos y políticos que existen en los procesos de repatriaciones de cuerpos humanos a pueblos indígenas en un plano transnacional.

El libro pone su interés en las políticas patrimoniales de las instituciones del Estado y la ciencia en Chile, y lanza una crítica que se potencia con las reflexiones y experiencias ofrecidas en este libro por los y las activistas indígenas Atacameños/Lincantay, Yaganes, Mapuches, Rapa Nui y Maorí. Según plantearon sus editoras, el objetivo de este libro es abrir puentes para los diálogos entre el Estado chileno y los pueblos, organizaciones y comunidades indígenas, ofreciendo antecedentes para fortalecer estas demandas por “el regreso de sus ancestros”, reconociendo el estatus jurídico internacional que estas demandas tienen en materia de derechos humanos reconocidos, por ejemplo, en el Convenio 169 de la OIT y la Declaración de Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas.