El director del Instituto de Medicina Regional de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), Luis Merino, dialogó con Noelia Moreyra de Radio Nacional Resistencia y brindó un panorama de los trabajos que se realizan en el mismo: “el Instituto y por supuesto la UNNE son algunas de las pocas universidades que actúan en el diagnóstico directo del COVID-19, pero realizamos muchas otras acciones a través de unidades académicas como las facultades de Ingeniería y de Ciencias Exactas que con diferentes acciones”, señaló.
El científico recordó: “ya van a hacer dos meses que iniciamos estos trabajos y reforzamos la capacidad diagnóstica de la provincia porque nos sumamos a las tareas del hospital Julio C. Perrando. Estamos haciendo 50/60 testeos diarios y eso depende de la cantidad de muestras que nos asignen y es importante remarcar que los resultados se conocen en el mismo día”.
El profesional explicó que el llamado Indice de Positividad se determina de acuerdo con la cantidad de muestras realizadas, de donde se tomen y al grupo en que se efectúen: “es es un buen dato que la mayoría de las muestras que se procesan da negativo”, indicó.
Merino mencionó asimismo que hay líneas de investigación convocadas por el Ministerio de Ciencias de la Nación: “algunas son a desarrollar en nuestro Instituto y otras en colaboración con instituciones de diferentes lugares. Una de las que estamos desarrollando acá es la referida a las mascarillas de protección que usan los trabajadores de la salud (no a los respiradores propiamente dichos), se está analizando si son reutilizables y en ese caso determinar el procedimiento para reesterilizarlos; este es un proyecto con la Universidad de Buenos Aires y el Instituto de Cardiología de Corrientes y uno de los objetivos buscados es el de determinar si la luz ultravioleta es útil para la esterilización, cuanto tiempo dura la misma y si la mascarilla puede ser utilizada nuevamente”, señaló, y agregó: "otra de las lineas de investigación en la que trabajamos consiste en el envío, por nuestra parte y también del hospital Perrando, de muestras a un Centro de Buenos Aires para determinar si el tipo de virus que circula en nuestra provincia es el mismo de otras regiones del país o de Latinoamérica. Esto es importante porque determinará los cambios que podría haber tenido el virus en cada lugar que se investigue”, remarcó.
El investigador dijo: “en el Instituto trabajamos, en promedio, 15 personas entre docentes, investigadores, becarios, técnicos y administrativos y lo hacemos desde muy temprano hasta que terminemos el trabajo que tengamos diariamente”.
Al referirse al contexto planteado por la aparición del coronavirus indicó: “toda esta circunstancia es un gran desafío porque es un agente infeccioso nuevo. Teníamos experiencia con el estudio de chagas, lesmaniasis y otras afecciones pero con el COVID-19 tuvimos que ponernos al día en todos los sentidos, tanto en equipamiento como en actualización de protocolos de trabajo, nuevas líneas de indagación y eso significa poner a prueba la capacidad de trabajo del equipo de investigación de nuestro Instituto que, por otra parte es admirable”, enfatizó.
