Se cumplen hoy 24 años del debut de Carlos Bianchi como director técnico de Vélez Sársfield y de la piedra fundacional del ciclo más excepcional del club en sus 107 años de historia.
El 21 de febrero de 1993 se produjo el bautismo de Bianchi como entrenador de la misma camiseta que con singular suceso había vestido entre 1967/73 y 1980/1984.
Como jugador había sobresalido desde el comienzo mismo de su inclusión en el plantel profesional y, de hecho, con apenas 20 años hizo un gol que interrumpió una larga serie imbatida del legendario arquero Amadeo Carrizo y con 21 alternó en el equipo que resultó campeón en el Torneo Nacional de 1968.
El Bianchi/futbolista colgó los botines en condición de máximo goleador de la historia de Vélez, con 206 anotaciones, y noveno máximo anotador de la historia de la Liga 1 de Francia, con 179.
Pero su pasaje a la dirección técnica fue entre brumoso y opaco, primero al frente del Stade Reims y luego en Niza y París Saint-Germain.
De allí que cuando en el verano de 1993 se hizo cargo del plantel de Vélez sus atributos como entrenador eran de pronóstico reservado.
Aquel 21 de febrero fue rubricado con una victoria de 2-0 a expensas del Deportivo Español con sendos goles de Omar Asad y al cabo de unos cuatro meses, el 8 de junio, Vélez empató 1-1 con Estudiantes en La Plata gracias a un gol de tiro penal de José Luis Chilavert y coronó después de 25 años.
La campaña se compuso de 10 victorias, 7 empates y 2 derrotas, con 23 goles a favor, 7 en contra y 27 puntos, tres por delante de Independiente y cuatro por delante de River.
El equipo titular que disponía Bianchi lo componían el propio paraguayo Chilavert, Héctor Almandoz, Roberto Trotta, Víctor Sotomayor, Raúl Cardozo, José Horacio Basualdo, Marcelo Gómez, Christian Bassedas, Walter Pico, Omar Asad y José “Turu” Flores, más los suplentes Juan Carlos Docabo, Mauricio Pellegrino, Leonardo Ramos, Claudio Husaín, Carlos Compagnucci, Patricio Camps y Esteban González, entre otros.
El Virrey Bianchi estuvo al mando del equipo un total de 182 partidos (89/55/38) que comprendieron un ciclo fabuloso, que amén del Clausura 93 constó del Apertura 95, del Clausura 96 y de tres conquistas internacionales: la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental del 94 y la Copa Interamericana del 96.