El orfebre y amante de la gastronomía Marco Antonio Arslanian, contó la historia de ese lugar y el nuevo local que él lleva adelante, en donde la masonería es un leit motiv.
"El viejo Café de Marco se inauguró en 1801, cuando un catalán abrió ese café frente a la librería del Colegio, en diagonal a la iglesia de San Ignacio. En cambio el mio está en Perón al 1200, y en frente está la sede de la Masonería Argentina", describió.
Arslanian explicó que en su café los denominadores comúnes son "la historia y la gastronomía". "La idea es que cualquiera pueda entrar y conocer. Aquí está la réplica del sable de San Martín, hay libros, medallas, y la gente se interesa por todo esto", agregó.
Entre los platos recomendados el dueño de El Café de Marco, mencionó la empanada de cordero y roquefort, las pastas caseras y algunos platos armenios.
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