EDITORIAL ENTRE RÍOS

El acuerdo, entre la economía y la política

Lxs economistas Alfredo Serrano Mancilla, Mariana Dondo y Guillermo Oglietti, del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica, CELAG, publicaron en Página 12 un artículo titulado “Escenarios sobre un acuerdo de Argentina con el FMI”, con diez simulaciones posibles sobre ese posible acuerdo. En medio de un cierto oscurantismo en las negociaciones, condición aparentemente exigida por el organismo internacional para evitar la presión política de un debate público sobre condiciones siempre difíciles para las mayorías, es poco lo que se conoce sobre lo conversado y prácticamente nada sobre sus consecuencias. El tema cobra medular importancia si se tiene en cuenta que estamos en medio de la discusión de la Ley de Presupuesto para 2022, en un Congreso que apenas termine de tratarla espera debatir el trabajado acuerdo con el Fondo, dicen que antes de marzo del año que viene.

Los economistas del CELAG proyectan nueve simulaciones posibles sobre un acuerdo, con escenarios desde "bueno, regular, malo, muy malo o mortal" para nuestra economía y, lo que es más importante, para nuestro día a día. Para ello, tienen en cuenta variables como plazo, gracia, tasa de interés y sobretasa de interés por exceder el monto del crédito de lo que al país le corresponde en base a su cuota de participación en el organismo.

Se proyectan plazos reales de 3,10, 16, 18 y 25 años. Las tasas van desde 1,05 más 2 puntos de sobretasas a cero sobretasas. Pagos atados al PBI, a la recaudación impositiva, a la exportación, a la evolución de la tasa de interés global. Con trato diferenciado preferencial, es decir, tasa diferenciada para la porción del monto que excede lo que Argentina podía recibir y la que no. 19 mil millones en el primer caso y 26 mil en el segundo. Con quita y sin quita. También se proyectó en el trabajo la posibilidad de repatriar capitales, es decir, “crear un mecanismo vinculante que ‘fuerce’ al FMI a que se ‘ponga las pilas’ con el objetivo de conseguir que el dinero fugado regrese al país”, dice el estudio. Algo que no suena diferente a lo que la propia Cristina Kirchner propuso en Plaza de Mayo, el viernes pasado, cuando dijo: “Necesitamos que el FMI nos ayude a recuperar de los paraísos fiscales que se han ido miles y millones de dólares en evasión”.

Con todas estas posibilidades, se simularon nueve escenarios posibles. Parte de las conclusiones dicen: “No hemos encontrado ningún acuerdo que sea favorable. ¿Por qué? Sencillamente, porque ninguno de ellos corrige hacia atrás, es decir, ninguno resuelve el problema de origen si asumimos que debemos pagar una deuda ilegítima”. ¿Qué es lo menos malo que se podría alcanzar?, se preguntan los autores. Se responden: “Los escenarios con mejores resultados serían (...) aquellos en los que se plantea que el FMI asuma su cuota de responsabilidad, tanto por el exceso de préstamo concedido como por haber permitido que se haya fugado gran parte del dinero prestado (…) Nada de lo que se logre acordar será bueno. Y entre lo malo, lo menos malo es aquello que el FMI no suele negociar, pero que Argentina está en la obligación de plantearlo como excepcional.

Una deuda acordada en forma tan extraordinaria exige una solución también extraordinaria”, dicen los economistas de CELAG. El filósofo José Pablo Feinmann suele decir que los países ricos tienen la economía, y los pobres la política. Tal vez de eso deberíamos estar hablando. Con los números, estamos complicados.

Editorial de José Luis Ferrando, licenciado en Comunicación Social, periodista de LT14 Radio Nacional Paraná.