En la primavera pasada se disputó el primer round de un combate que sigue en ésta. En 2016, la oposición le reprochó al Intendente de San Rafael porque, mientras en General Alvear tuvieron la capacidad de organizar un festival de rock de primerísimo nivel (Ciro y los Persas), aquí no.
El Jefe Comunal argumentó (por ésta radio) que no era cuestión de plata (“Tenemos $ 2 millones en un Plazo Fijo en el Banco Nación”, reveló) que se debía a que había destinado "ayuda económica a los productores". Los de Enfrente (también por LV4) insistieron: "pero mire Don que, además de que los pibes nuestros se van para allá, concretaron una movida turística importante como que agotaron la capacidad hotelera. Véalo como un negocio ¡Anímese!” “¡Sí se puede!" (Slogan de campaña).
Las tarjetas les dio por ganado el primer round. Los espectadores coincidieron.
Éste año la historia volvió a repetirse: Alvear a full con Divididos (12.000 personas, muchas de ellas sanrafaelinas), alojamiento colmado (y más), gran requerimiento gastronómico, repercusión positiva en el comercio, promoción del lugar, etc.
El escenario se repitió en otros departamentos cercanos como San Carlos (actuó Fito Páez) y Tunuyán (Rombai) a dónde también acudieron chicos de aquí.
Es que, aquí, el gobierno comunal contrato a Fabiana Cantilo, famosa rockera, pero sin atractivo para los chicos por una cuestión generacional. La propaganda oficial puso el acento en lo de la “entrada gratuita”. En Alvear el costo fue muy accesible: apenas 300 pesos que, a juzgar por la concurrencia, no fue impedimento. Además que, si el tema pasa por lo económico, Cantilo no vino gratis. Por otra parte, Divididos interpretó 31 temas (actuó durante tres horas) Fabiana poco más de la mitad.
Y si de pesos se trata, además del rédito apuntado, en lo que respecta al recital propiamente dicho, en General Alvear recaudaron 3 millones y medio. Alguna ganancia debe haberles quedado ¿No? Acá tuvieron que meter la mano en el bolsillo.
Hay coincidencias: el segundo round ha vuelto a tener el mismo ganador. Y por mayor margen. El supuestamente más poderoso arriesgó un poquito más, pero igual falló.
Por Roberto A. Bravo
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