Daniele De Rossi empezó a demostrar que no solo viene a cumplir un sueño, sino también a jugar y hacer lo que sabe. Por eso, el italiano de 36 años pidió entrenar en su primer día en Buenos Aires y en el segundo ya dejó destellos de lo que le puede aportar al equipo. El tano arrancó con un equipo de juveniles (al igual que Salvio, otro que llegó hace poco), siendo uno de los 5, pero el más retrasado: salida del fondo, pisada y visión para comenzar las jugadas.
El entrenamiento en Casa Amarilla dispuso de dos grupos: por un lado, los que le ganaron a Athletico Paranaense por la ida de los octavos de la Copa Libertadores. Por el otro, el resto, con suplentes, refuerzos y juveniles. Así, Alfaro dispuso de dos equipos, uno que podría ser el que reciba a Huracán el domingo desde las 20 por la primera fecha de la Superliga. Ahí no arrancó De Rossi. El italiano empezó con los juveniles y luego sí pasó un rato con los que serían titulares en la Bombonera.
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