La empresa argentina ADBlick Agro, con apoyo y asesoramiento técnico del Instituto Nacional de Tecnología Argentina (INTA), instaló y desarrolló el primer invernadero para producir frutillas con un nuevo sistema de cultivo llamado Hidroponía, instalado en la zona norte de la provincia de Buenos Aires. Precisamente uno de los dos ingenieros agrónomos que brindó ese asesoramiento desde el inicio del proyecto es José Czepulis, quien explicó en qué consiste este sistema de cultivo “donde no se anclan las plantas en el suelo”.
Precisó que este tipo de cultivo “se basa en agua principalmente y donde la solución nutritiva que se prepara con fertilizantes químicos simula la nutrición que obtendría por el suelo”.
Esta técnica, que ya se utiliza para producir frutillas, también se está aplicando en la Antártida para cultivos de dos variedades de lechuga, rúcula y perejil.
El investigador dio detalles de las ventajas que tiene este cultivo sin suelo y, entre ellas, citó que “no hay gasto energético de la planta que concentra todo en la producción” y, además, que puede emplearse en “lugares hostiles” donde no se puede cultivar en suelo, como es el caso de la Antártida.
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