El 04 de junio pasado se conoció la decisión del Gobierno transitorio de Jeanine Áñez de cerrar el Ministerio de Culturas de Bolivia, además de las embajadas bolivianas en Irán y Nicaragua. De acuerdo a lo que expresaron desde el sector del Gobierno, fue por razones económicas. Esto llevó a una serie de manifestaciones y reclamos de intelectuales, artistas y el pueblo en general.
En tal sentido los y las miembros integrantes de la Red de Información y Discusión sobre Arqueología y Patrimonio (RIDAP) pronunciaron su posicion a través de un comunicado. En él manifiestan que "reviste especial gravedad la intervención de los predios donde funcionan la Unidad de Arqueología y Museos (UDAM) y el Museo Nacional de Arqueología (MUNARQ). En ese caso puntual, se ha impedido a los funcionarios técnicos y profesionales ingresar a sus espacios de trabajo, se los ha desvinculado de la institución de hecho sin mediar documentos formales, y se ha impedido la entrega regular e inventariada de activos fijos, documentos y piezas arqueológicas. Desde hace nueve días, producciones culturales, sagradas y de la vida cotidiana campesina e indígena, informes inéditos y documentos de incalculable valor, que testimonian la diversidad y riqueza cultural boliviana, que pertenecen al pueblo boliviano y en especial a las comunidades indígenas y campesinas, se encuentran en una situación de extrema vulnerabilidad, sujetos a sustracción, deterioro o destrucción".
El doctor Juan Villanueva Criales es arqueólogo boliviano y fue Coordinador del Proyecto “Qhapaq Ñan” Bolivia entre 2009 y 2010. En diálogo con Radio Nacional, el doctor Villanueva Criales dijo que "esta decisión ha generado una desprotección total de materiales culturales y arqueológicos que actualmente se encuentran a la deriva".
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