“Está estudiado que, en grupos numerosos y unidos de chicos, se pierde la individualidad cuando actúan en patota o manada. Dentro hay líderes y cabecillas que siguen a estos primeros y pierden la capacidad crítica, ya que se dejan llevar por la situación grupal”, analizó Graciela Moreschi, médica psiquiatra y miembro de la Asociación de Psiquiatras Argentinos, en relación al accionar de los ocho acusados de asesinar a golpes al joven de 18 años, Fernando Báez Sosa, en el 2020.

Asimismo, destacó que, “en este caso, los chicos ya pertenecían a un grupo de poder que se sentían intocables; no era la primera vez que hacían desmadres. Pero también hay que ver el caso desde una perspectiva de género: su accionar fue una reafirmación de la musicalidad a partir de la violencia”.

“El grupo necesita humillar a otra para reforzarse a sí mismo y mostrar su poder ante los demás”

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