“Entregó una cuota de arte y show que después no se repitió nunca más”, aseguró el escritor Carlos Irusta en la primera emisión de Muchas Gracias. “Fue más admirado en el país que en la propia Mendoza”
“Locche era un tribunero, él peleaba para la tribuna, se divertía con la diversión del público No subía a boxear y mucho menos a destruir como Monzón... Ha sido un caso extraordinario, realmente”, afirmó el autor del libro “Monzón, la biografía definitiva”.
Respecto de la lucha que su entrenador Paco Bermúdez , el mayor trabajo que le daba era su inconsciencia. “El no media nada...mi papá era quien manejaba el Luna Park, era técnico de boxeo, era manager y contaba que cuando terminaba una pelea de Loche, le pedía un cigarrillo...ese estilo a Paco le causaba mucha molestia porque era un entrenador tradicional. Era una relación padre cascarrabias e hijo oveja negra de la familia”.
“El boxeo se presta mucho para la comparación de los tiempos...más allá de los almanaques y las épocas… hoy se tira muchísima más cantidad de golpes por lo que no sé si hoy Nicolino podría descollar en esta época...Sin embargo, creo que un Loche entrenado a la usanza de hoy hubiera sido un laberinto para cualquiera” concluyó Irusta.
Finalmente reconoció que tiene una debilidad especial por Loche “todavía hoy me parece increíble que haya gente que lo discuta...El Gráfico le dedicó 25 tapas” y recomendó a los más jóvenes que busquen en youtube las peleas de Locche.