Por Santiago Lucía - @santilucía
Brasil es el máximo candidato a quedarse con el Mundial de Rusia. Es una definición contundente pero con distintos argumentos para sostenerse. El más evidente, determinante y explícito, no es la historia ni las individualidades, sino el rendimiento del equipo. Aún no descolló, es cierto. Pero mostró una variedad de fundamentos colectivos e individuales que lo destacan ante el resto.
El prólogo del equipo de Tité comienza en lo que fue uno de los golpes más duros que recibió Brasil en la historia de los mundiales, el 7 a 1 de Alemania en Belo Horizonte (el otro fue el Maracanazo del 50). Desde el 8 de julio de 2014 “refundación” fue el término que se repitió en cada referencia al seleccionado brasileño. No fue la única frustración en el corto plazo. Dunga reemplazó a Scolari en la conducción pero el paciente siguió en estado crítico. La Copa América de EEUU en 2016 fue la profundización de la caída. El pozo se hizo aún más hondo. En la fase de grupos de la Copa Centenario, Brasil compartió la zona con Haití, Ecuador y Perú; y quedó eliminado.
Tité, fue el eje de la reconstrucción. Con el antecedente exitoso de Corinthians, campeón del Brasileirao, Libertadores y Mundial de Clubes, fue el punto central de la resurrección. De estar sexto, hasta fuera de la zona de repechaje, pasó a ganar las eliminatorias a 10 puntos del segundo, Uruguay.
Los registros son notables. Las estadísticas siempre deben ser interpretadas, re-significadas, aunque a veces sean explícitas, contundentes. Como las de la canarinha con Tité, los números no necesitan agregados. Jugó 25 ganó 20 empató 4 y perdió 1 (sí, contra Argentina con Sampaoli). El registro de goles también es un indicador de la búsqueda del equipo, conviritó 54 y sólo le hicieron 6.
Está invicto en el Mundial. Tiene 7 goles y sólo le convirtió 1 Suiza.
Del derrumbe del 2014 en el equipo quedan Neymar, Thiago Silva y William. Brasil tiene solidez, equilibrio, poder ofensivo y desequilibrio individual. Neymar se pone en función del equipo, lo colectivo puede sostenerse si la figura no interviene. Pero cuando el 10 aparece la canarinha brilla. Paulinho y Casemiro son el núcleo. El centro de todo. Los que marcan el ritmo de juego, recuperan, relevan; además se sueltan y llegan a posición de gol. La clave del éxito estratégico.
Brasil maneja distintos registros y planes de partido. Puede ser protagonista a partir de la tenencia o ceder la pelota y explotar la velocidad de Willian, Coutinho, Neymar y Gabriel Jesús. Un equipo que además no pierde la osadía y alegría del fútbol brasileño. El candidato que parece tenerlo todo.
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