En la nublada y fresca tarde de ayer, una multitud se congregó en el Colegio Juan XXIII y desde allí peregrinó en silencio hasta el Mausoleo del padre Corti recordando y celebrando su vida y obra. Estuvieron presentes todas las instituciones educativas gestadas por él y personas que llegaron desde diversos barrios a participar, recordar y acompañar, ya que el domingo se cumplirán tres años de su fallecimiento.
El recorrido contemplaba pasar por algunas de sus obras, el colegio Juan XXIII, San José Obrero, Ceferino Namuncurá, y desde allí continuó por la avenida Rivadavia hasta el Mausoleo Salesiano del Cementerio Oeste donde descansan sus restos. Se entregaron ofrendas florales, Monseñor Joaquín Gimeno Lahoz dijo unas palabras y cerró la ceremonia el actual representante legal de la obra Padre Juan Corti, el señor José Antonio Goyenechea.
Un encuentro de alegría y celebración
Monseñor Joaquín Gimeno Lahoz en su discurso dijo “El Padre Corti en este momento nos debe estar viendo y sonriendo por ver una comunidad viva y que a aquellos a quienes él formó continuaron su legado. No tiene que ser un encuentro de lágrimas sino de encuentro y celebración. Esto es una bella muestra de gratitud de toda la comunidad, y sobre todo de la comunidad educativa, sus alumnos, exalumnos y familiares. Queremos darle a este día el sentido del natalicio, el de nacer a una vida plena sin fin alguno”.
El representante legal de la Obra Padre Juan Corti, Monseñor Joaquín Gimeno Lahoz, en diálogo con Crónica afirmó que la emoción que siente es diaria, cada vez que pasa por las escuelas obras del padre. Recuerda que Corti siempre le decía “Nací pobre, viví pobre y para los pobres” y que su gran socio en todas sus empresas ha sido la providencia que siempre los ha acompañado.” Yo estuve como director de estudio en el Colegio Domingo Savio y siempre que podía organizaba charlas del padre hacia los chicos. El hablaba desde la vivencia, su catequesis era desde su propia vida y los chicos lo escuchaban con mucho respeto, amor y atención” recordó Goyenechea. Respecto de la actualidad de las obras comenta que muchas habían quedado lamentablemente paralizadas aunque en estos días se han reactivado.
Entre los presentes también estaba Mario Santana, se reconoce como discípulo del Padre Corti, lo conoció en el oratorio de km 8, cuando recién comenzaba la obra. Conmovido y emocionado dijo “Fueron 50 años de amistad. El padre no se nos fue nunca, está vivo en nuestros corazones, en nuestras familias, en la comunidad. Siempre se preocupó de llevarnos adelante a los más humildes, quienes no teníamos posibilidades y sobre todo nos enseñó valores que hoy tenemos presentes y transmitimos a nuestros hijos”. Actualmente forma parte del Pan Pastoral que tiene como misión ir al encuentro de los fieles en sus hogares y asistirlos en vez de esperar se acerquen a la iglesia y cierra diciendo “Ese es el legado del Padre”.