Así lo estableció el canciller alemán, Olaf Scholz, quien en el marco de una entrevista, sostuvo que su país debe avanzar hacia una política de deportaciones a gran escala.

Además, dijo que saldrá del consejo de ministros, que se reunirá este miércoles, la reforma legal que permitirá repatriar con más rapidez y en mayor número a los inmigrantes ilegales y a los solicitantes de asilo a los que se les haya denegado ese estatus.

El número de inmigrantes irregulares que cruzaron la frontera de Alemania en los primeros meses del año fue el más elevado en los últimos siete años, con 92.119 entradas no autorizadas. Se suman a ellos las 175.000 personas que solicitaron asilo desde enero a julio, una cifra que sigue aumentando.

A esto se le suma que Alemania protege actualmente a 1.100.000 refugiados de la guerra en Ucrania y unos 600.000 refugiados procedentes de otros países.

Todos ellos reciben del Estado vivienda, manutención, atención sanitaria, escolarización y dinero de bolsillo porque la ley alemana les impide incorporarse al sistema laboral.

La ministra del Interior, Nancy Faeser, ya notificó a la Comisión Europea la introducción de controles temporales en las fronteras terrestres con Polonia, República Checa y Suiza, así como la prolongación de esta misma medida que ya se aplicaba con Austria desde 2015, con el fin de reforzar la lucha contra el tráfico de migrantes y limitar la migración irregular.

FUENTE: ABC, España