Hace 20 años, Néstor Carlos Kirchner llegó a la Casa Rosada proveniente de Santa Cruz, provincia que gobernaba desde diciembre de 1991.
Había accedido a la primera magistratura de una forma inédita en los comicios celebrados el 27 de abril de 2003.
En la primera vuelta electoral, la fórmula que integraba con Daniel Scioli, obtuvo el 22,24% de los votos por debajo del 24,24% que logró Carlos Saúl Menem.
Sin embargo, la decisión del riojano de no presentarse al balotaje consagró al mandatario patagónico como presidente.
Kirchner asumió entonces el 25 de mayo de 2003 la Presidencia de una Argentina atravesada por una profunda crisis socioeconómica, con altos niveles de endeudamiento, desocupación y fragilidad institucional derivadas del estallido social de diciembre de 2001 que produjo la caída de Fernando De La Rúa y una dificultosa transición a cargo de Eduardo Duhalde.
Ante la Asamblea Legislativa y, en un sentido discurso, se pronunció en nombre de "una generación que puso y dio todo por un país de iguales", y le propuso a la ciudadanía perseguir "el sueño de una Argentina con todos y para todos".
Durante la ceremonia, pasó por alto todos los protocolos y se permitió jugar con el bastón de mando ante la mirada de los legisladores y autoridades presentes en el Congreso.
Al ingresar a la Casa Rosada se mezcló entre la multitud y un fotógrafo, en medio de un tumulto, lo golpeó sin intención con su cámara en la frente, causándole una herida.
"Vengo a proponerles un sueño: quiero una Argentina unida, quiero una Argentina normal, quiero que seamos un país serio, pero, además, quiero un país más justo. Anhelo que por estos caminos se levante a la faz de la Tierra una nueva y gloriosa Nación: la nuestra", fueron las palabras con las cuales cerró su discurso de asunción.
En los primeros días de su gestión, Kirchner impulsó la renovación de la Corte Suprema de la mayoría automática diseñada por Menen.
Dispuso el pase a retiro de 35 altos jefes militares, muchos de ellos sospechados de haber participado en actos de terrorismo de Estado que estaban impunes como consecuencia de la vigencia de las leyes de Punto Final, Obediencia Debida -sancionadas por el gobierno de Raúl Alfonsín- y los indultos dictados por Menem.
Esa decisión marcó el camino de una política de derechos humanos que propiciaría la derogación de esas leyes y el inicio de una doctrina de Memoria, Verdad y Justicia por la cual se reanudaron los juicios por delitos de lesa humanidad.
En materia regional, diseñó una política de integración con las naciones latinoamericanas.
En cuanto a lo económico, mantuvo al frente del Ministerio de Economía a Roberto Lavagna, quien había sorteado los momentos más difíciles de la crisis económica de 2002 y logró estabilizar las variables macroeconómicas.
Se inició así un camino para renegociar la deuda externa con los acreedores externos privados para obtener una quita del 75%.
De hecho, en 2005, Argentina canceló la deuda con el FMI, organismo que dejó de tener influencia en las decisiones de política económica del país, hasta su regreso con Mauricio Macri en 2018.
Hasta 2007, que se extendió su mandato, el país vio crecer su PBI por encima del 8 por ciento; retornaron las negociaciones salariales paritarias y se re-estatizaron empresas como el Correo, Aerolíneas Argentinas y el servicio de la red pública de agua corriente.
Sucedido por Cristina Fernández, Kirchner murió el 27 de octubre de 2010, en El Calafate, provincia de Santa Cruz.
Recordamos algunas de sus propuestas electorales, su asunción presidencial y parte de las políticas implementadas durante su gestión de gobierno, a partir de testimonios conservados en el Archivo Histórico de Radio Nacional.
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