La historia se remonta al año 1934, el destino lejano para un joven ingeniero en una institución que está naciendo.
Aquí le esperaban algunas obras en marcha sobre las cuales debía ejercer control: el terraplén de acceso al puente sobre el Río Grande, el puente sobre el río Chico.
Recién casado el ingeniero Prosa partirá con un hijo fueguino.
Una niña nacida años más tarde creció en la memoria de la experiencia aquella, que se disolvía en los recuerdos de la madre.
Un día decidió visitarnos.
Elegimos un derrotero acorde a lo poco que ha venido quedando de aquellos tiempos, y en ese escenario de olvido y de progreso dialogamos por Marta Patricia, quien también nos habló de un presente marplatense donde se desempeña como Asistente Social.
ODG
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