Se llevan disputados apenas un tercio de los partidos de la fase regular de la Liga Nacional de Básquet y mirar la tabla y encontrarse a Atenas en el segundo lugar detrás del todopoderoso San Lorenzo es una gran noticia. El equipo más ganador del basquetbol argentino parece resurgir de sus cenizas y amaga con ser gran protagonista en esta liga.
Luego de seis años sin títulos y ocho sin ganar la Liga Nacional (la última vez fue en 2009 su noveno título) y lo que es peor aún luego de sus peores campañas en la LNB sin siquiera jugar playoffs en los últimos dos años , Atenas decidió lamer sus heridas, patear el tablero e intentar volver a ser el que fue.
Para ello fue clave Bruno Labaque que colgó las botitas y se puso el traje de manager para armar junto a su padre Felipe un equipo para pelear arriba, el conjunto cordobés se movió rápido entre temporadas y aseguro nombres de jerarquía para su presente plantel. Yendo a contramano de la historia Atenas dejó de lado el mítico concepto del ADN cordobés para sus equipos y baso su actual estructura en dos extranjeros de gran nivel como Donald Simms y Jerome Meyinsse.
Recurrió a dos más para darle forma al equipo: Roquez Jhonson y Darrington Hobson (en breve puede ser cambiado). Los nacionales también aportan jerarquía pero rodeando a las principales figuras como Juan Pablo Cantero en la conducción, Juan Fernández Chávez en el perímetro y Nicolás Romano. Más el veteranísimo y capitán Diego Logrippo le dan forma a un elenco que suma 11 victorias y 5 derrotas incluyendo el gran triunfo sobre el bicampeón San Lorenzo (única derrota hasta aquí) en el cierre de 2017.
De la mano de un técnico de enorme proyección y probada capacidad como Nicolás Casalanguida, Atenas ha mostrado momentos de muy buen basquetbol y gran poderío ofensivo que lo han convertido en protagonista hasta el momento.
Sin embargo tiene en el debe la irregularidad de su juego y especialmente un mayor compromiso defensivo elemento vital para ser un contendiente al título. Por ahora la ilusión en Córdoba crece, con algún pequeño salto de calidad en el medio el equipo esta para soñar en grande, el gigante dormido parece haber despertado.