Tucumán vuelve a ser cuna de un presunto milagro. Es el tercero, después del intercedido por la venerable Madre Camila Rolón, fundadora de las Hermanas Josefinas, el año pasado; y del que beatificó a la Madre Catalina de María Rodríguez, fundadora de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús. Esta vez el intercesor es un fraile catamarqueño que ya goza de la veneración popular en Argentina, fray Mamerto Esquiú. El milagro que se le atribuye es la curación de una persona de manera extraordinaria, es decir, sin explicación científica. De ser aprobado por el Papa, Esquiú será declarado beato. Luego tendrá que aparecer otro milagro para ser considerado santo.
El hecho sucedió hace más de dos años en Tucumán, pero se mantuvo en secreto para no despertar expectativas. Se recabaron las pruebas médicas y se determinó que podía ser incorporado a la causa de beatificación iniciada en 1946. Ayer la Iglesia de Tucumán nombró y tomó juramento a un tribunal que estudiará el caso y determinará si se trató de un milagro. Forman parte del tribunal el arzobispo, monseñor Carlos Sánchez, el padre Marcelo Lorca Albornoz, rector del Seminario Mayor y delegado episcopal, fray Oreste Mateo Krupsky OFM, promotor de Justicia; el doctor Guillermo Recúpero, profesor de Infectología de la Facultad de Medicina de la UNT, como perito médico; y el padre Julio Javier Suárez y Aldo Fabián Sánchez, notarios. El vicepostulador de la causa es el franciscano fray Marcelo Méndez.
Fray Marcelo Méndez
“Este milagro es un regalo de Dios para los argentinos y en especial para Catamarca, ahora que se cumplen los 400 años de la presencia de la Virgen del Valle”, señala el vicepostulador de la causa de beatificación (paso previo para la canonización) de fray Mamerto Esquiú, dijo fray Marcelo Méndez.
Los pasos de la causa .Cuáles son los próximos exámenes.
El padre Lorca Albornoz explicó que el tribunal tiene la misión de investigar el supuesto milagro, revisar las pruebas y tomar testimonio a los testigos que estuvieron en contacto con la persona que recibió la gracia. La mayoría de los testigos son médicos y enfermeros, y el perito médico designado es un profesional de la especialidad que goza de prestigio, en este caso es el doctor Recúpero, explica el padre Lorca Albornoz. Los notarios son los encargados de poner todo por escrito.
Si el resultado de la investigación es positivo, las conclusiones serán revisadas por un experto del hospital Pirovano de Buenos Aires. A la vez que otros dos médicos analizarán el estado de salud de la persona que recibió la gracia. Sólo entonces se pondrán todas las pruebas y las conclusiones firmadas por los distintos profesionales en carpetas lacradas, que un emisario llevará personalmente a la Congregación para las Causas de los Santos. Allí comenzará otro proceso de revisión médica hasta llegar a un equipo de teólogos y después de cardenales que lo enviarán al Papa para el veredicto final.
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