Entrevista a Alejandro Cassaglia

Comando Vermelho, una de las organizaciones criminales más poderosas de Brasil

El Comando Vermelho (CV), una de las bandas criminales más poderosas de Brasil, volvió a ocupar el centro de la escena luego de los recientes operativos de seguridad en Río de Janeiro y en distintas fronteras del país. Nacida en la década del setenta dentro de una prisión carioca, la organización se consolidó con el tiempo como un actor clave del crimen organizado regional, con influencia en el narcotráfico, el contrabando y las economías ilegales en varios países sudamericanos.

 

El docente universitario y experto en terrorismo y criminalidad organizada Alejandro Cassaglia dialogó con Ramos generales y dio detalles sobre el Comando Vermelho, que surgió originalmente como una alianza entre presos políticos y delincuentes comunes durante la dictadura militar brasileña, pero que con el correr de los años se transformó en una estructura delictiva compleja, con jerarquías, códigos propios y una fuerte presencia territorial.

"Dominan el 80% de las favelas de Río, es decir, al rededor de 700 favelas. Después se empezó a expandir a otros estados en Brasil, convirtiéndose en una de las organizaciones criminales más fuertes de la región con diversidad de actividades", afirmó.

Con base en Río de Janeiro, el CV domina numerosas favelas y mantiene un control territorial que le permite regular actividades ilegales como el narcotráfico y la extorsión. Su poder económico se consolidó a través del tráfico de cocaína, especialmente en las rutas que conectan Brasil con Bolivia, Paraguay y Perú, y su influencia se expandió también hacia el norte argentino y el litoral.

A lo largo de las últimas décadas, la organización ha protagonizado enfrentamientos con otras facciones, como el Primer Comando de la Capital (PCC), con sede en San Pablo, disputando territorios y rutas de comercialización. Las autoridades brasileñas advierten que esta rivalidad incrementa la violencia urbana y las tensiones dentro del sistema penitenciario.

Según informes del Ministerio de Justicia de Brasil, el Comando Vermelho mantiene una estructura descentralizada con liderazgo compartido, lo que dificulta su desarticulación. Además, su influencia se extiende a través de redes internacionales de lavado de dinero y tráfico de armas, lo que la convierte en un desafío creciente para la seguridad regional.